(Roberto Pérez Toledo. 2011. España)
Es cierto que Verónica Echegui es una gran actriz (como bien atestigua la Academia de Cine, que hasta el momento la ha nominado al Goya prácticamente por la totalidad de sus interpretaciones), y en esta película da el pego con nota como ciega. Sin embargo, y pese a lo loable del objetivo de la película, que es representar la vida de Emma (con discapacidad visual), como la vida de cualquier chica de su edad, con sus problemas y preocupaciones, en ausencia de compasión y desdramatizando la situación a través del humor, no deja de ser, sin querer desmerecerla, una película fácil de olvidar. Pese a todo destaco la intencionalidad de la película, muy necesaria: que la sociedad acepte a las personas sin etiquetas, prejuicios o pena.
