27 de abril de 2012

Luces rojas

 (España, 2012. Rodrigo Cortés)

Pese al desdibujado final, la balanza de entretenimiento resulta positiva. Buenos actores y buen guión hasta el tramo final, que argulle los sucesos con el límite adecuado de esoterismo, lo justo para mantener la línea de suspense que espera el espectador sin caer en desarrollos propios de la ciencia-ficción.

La película aprovecha para mantenerse álgida el magnetismo indudable de la actriz Sigourney Weaver (es la versión femenina de Morgan Freeman en cuanto a carisma), hasta tal punto que el ritmo decae desde el momento en que ella deja de aparecer en todas las secuencias.



Green Street Hooligans

 (Gran Bretaña-USA, 2005. Lexi Alexander)

Es habitual, por desgracia, que algunas películas muy buenas y muy interesantes pasen desapercibidas por la taquilla (algunas ni llegan). Ésta es una de ellas. Ambiantada dentro del mundo de los hooligans ingleses, muestra la cruda realidad del hincha radical de fútbol: la afectación de la violencia que ejercen en su vida en la convivencia familiar, las transformaciones del carácter y la personalidad de los chicos jóvenes al entrar en una de estas bandas, el sentimiento de unión y la descarga adrenalítica de cada partido y cada pelea y, pese a ello, la dificultad para dejar el grupo.

Tiene mucho realismo y da que pensar. En el fondo, es una metáfora de los sentimientos encontrados que albergamos las personas, capaces de querer y proteger a quién nos importa, y al mismo tiempo comportarnos con crueldad y violencia con quién no. Muy recomendable.